10,4 ± 0,7 Pg de carbono en 2011 y previsto 2,6% más en 2012, las mayores emisiones de la historia humana.
Si sumamos las emisiones procedentes de la quema de combusstibles fósiles, cemento, deforestación y cambios de uso del suelo en 2011 se alcanzó la mayor cantidad de emisiones en la historia humana 10,4 ±0,7 PgC o lo que es lo mismo 38 megatoneladas de CO2. Para 2012 las previsiones apuntan a un incremento del 2,6% en las emisiones procedentes de los combustibles fósiles y cemento, alcanzando 9,7± Pg de carbono, 58% más que en 1990.
En los países del norte se afirman importantes reducciones de emisiones cuando en realidad están enmascaradas por el comercio internacional, así la UE emitio en 2010 localmente el 12% de la emisiones procedentes de combustibles fósiles usados en la zona pero los productos consumidos elevan este porcentaje al 15%.
Las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles y producción de cemento aumentaron un 3% en 2011, con un total de 9,5 ± 0,5 PgC emitidos a la atmósfera (34,7 millones de toneladas de CO2). Estas emisiones fueron las más altas en la historia humana y un 54% más que en 1990 (el año de referencia del Protocolo de Kioto).
En 2011, la quema de carbón fue responsable del 43% de las emisiones totales, el 34% del petróleo, gas 18%, y 5% de cemento. Las emisiones de CO2 procedentes de la quema de combustibles fósiles y producción de cemento se prevé un aumento del 2,6% en 2012, a un récord de 9,7 ± 0,5 PgC (35,6 millones de toneladas de CO2).
Los mayores contribuyentes a las emisiones globales en 2011 fueron China (2,5 PgC, 28%), Estados Unidos (1,5 PgC, 16%), la Unión Europea (UE-27; 1,0 PgC, 11%) e India (0,6 PgC, el 7% ).
Las contribuciones al crecimiento de las emisiones globales en 2011 fueron mayores de China (0,226 PgC anteriormente los niveles de 2010, un 9,9% de crecimiento) y la India (0,043 PgC, 7,5%).
Las emisiones procedentes de EE.UU. se redujeron en 0.028 (-1,8%) y la UE-27 por 0,029 PgC (-2,8%).
Las naciones en desarrollo representaron el 60% del total de emisiones en 2011.
Promedio de las emisiones per cápita de los países desarrollados (Anexo B) fueron 3.0tC/person, varias veces más grandes que las de los países en desarrollo (no Anexo B), que fueron 0.9tC/person. Las emisiones per cápita de China fueron de 1,8 tC / persona y ahora están cerca de la media de 2,0 en la UE-27. Las emisiones per cápita de la India fueron muy inferiores a 0,5 tC / persona.
Las emisiones basadas en el consumo asignan emisiones a los que consumen bienes y servicios (no en los que se producen y liberan emisiones). La transferencia neta de emisiones a través del comercio internacional entre los países en desarrollo (no Anexo B los países) y los países desarrollados (países del Anexo B) se ha incrementado de 0,03 PgC en 1990 a 0,38 PgC en 2010, con una tasa de crecimiento promedio anual del 10%.
El aumento de las transferencias netas de emisiones de 0,35 PgC 1990 a 2008 se compara con la reducción de emisión de 0,2 PgC en los países desarrollados. Este marco contable trata de abordar el problema creciente de países externalización de emisiones de CO2 por consumo de bienes, que son fabricados fuera del país.
En 2010 (el año más reciente con datos de consumo), los mayores emisores desde una perspectiva territorial basada fueron China (26%), EE.UU. (18%), UE (12%) e India (7%), mientras que los mayores emisores desde una perspectiva basada en el consumo fueron China (22%), EE.UU. (18%), la UE (15%) y la India (6%).
Las emisiones de CO2 derivadas de la deforestación y otros cambios de uso del suelo fueron de 0,9 ± 0,5 PgC en 2011. Para el período 2002-2011, uso de las tierras de cambio representaron el 10% de todas las emisiones de la actividad humana (el combustible fósil, el cemento, el uso del suelo).
Los datos sugieren una tendencia al descenso global de las emisiones de cambio de uso de la tierra en particular desde 2000. La implementación de políticas de tierras nuevas y de mayor aplicación de leyes para detener la deforestación ilegal y la reforestación y la regeneración de nuevas áreas previamente deforestadas todo podría haber contribuido a esta disminución. Las emisiones totales de la actividad humana en 2011 (combustible fósil, el cemento, el uso del suelo) fueron de 10,4 ± 0,7 PGC.
Las emisiones provenientes del cambio de uso del suelo fueron de 36% de las emisiones totales de humanos en 1960, el 18% en 1990 y 9% en 2011. La incertidumbre para todas las estimaciones de las emisiones de cambio de uso de la tierra sigue siendo grande.
Las emisiones de CO2 derivadas del cambio de uso del suelo se basan principalmente en estadísticas forestales de la Organización para la Alimentación y la Agricultura y el método contable, e incluyen la variabilidad interanual de las deforestaciones basa en la actividad del fuego a partir del año 1997 en adelante
Trayectorias actuales de las emisiones de combustibles fósiles cabalgan sobre las peores proyecciones utilizados en el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC). La trayectoria actual corresponde a una temperatura de 4 ° C a 6,1 ° C por encima de la época preindustrial para 2100.
Del total de las emisiones procedentes de las actividades humanas durante el período 2002-2011, el 46% acumulado en la atmósfera, el 26% en el océano y el 28% en tierra. Durante este período, el tamaño de los sumideros naturales han crecido casi al mismo ritmo que el crecimiento de las emisiones, aunque año a año variabilidad es grande. Fenómenos climáticos como el calentamiento-Oscilación del Sur El Niño Incluso puede transformar el sumidero terrestre red en una fuente neta en un periodo breve.
La tasa de crecimiento anual de CO2 atmosférico fue de 1,70 ± 0,09 ppm en 2011 (ppm = partes por millón), ligeramente por debajo de la tasa de crecimiento promedio de 2 ppm de los últimos 10 años (2002-2011). La tasa de crecimiento promedio para la década 1990-1999 fue de 1,5 ± 0,1 ppm, y fue de 1,6 ± 0,1 para el decenio 1980-1989. La concentración de CO2 en la atmósfera es de 390 ppm en el año 2011, en promedio, 40% por encima de la concentración en el comienzo de la Revolución Industrial (aproximadamente 278 ppm en 1750). La concentración actual es la mayor durante al menos los últimos 800.000 años. La acumulación de CO2 en la atmósfera en el año 2011 fue de 3,6 ± 0,2 Pg C, con un total acumulado de 161,3 PgC desde el comienzo de las mediciones de la atmósfera de alta precisión en 1959 y 240 PgC desde 1750. Las tasas de acumulación de CO2 en la atmósfera se ven influidas tanto por las emisiones antropógenas como por la absorción por los sumideros netos naturales (mar y tierra), y su variabilidad interanual es grande.
Fuente: Global Carbon Budget
Manifiesto de un indignado climático
Manifiesto de un indignado climático
Por Florent Marcellesi, investigador e indignado climático.
Publicado en el periódico Diagonal, 13/12/12
“Hay noches que todavía sueño”. Sueño con una humanidad capaz de vivir bien y feliz dentro de los límites climáticos del Planeta. Sueño con un mundo solidario con los pequeños Estados insulares que serán los primeros en desaparecer del mapa si no rectificamos el rumbo. Sueño con unos dirigentes valientes como la delegación filipina que, tras ver a su país arrasado por el tifón Bopha, suplicó a la comunidad internacional que “abriera los ojos y mirara la realidad de frente”. Sueño con un homo y una femina climaticus racionales ante las alertas constantes de los científicos que ya se está produciendo el calentamiento global en base a las previsiones más pesimistas. Dicho de otro modo, sueño con que Sandy no sea ni más ni menos que el nombre de un niño normal y corriente, no de el devastador huracán.
¡”Nuestros sueños no caben en sus cumbres”! Desde luego, este sueño no es el que los dirigentes han dibujado en la última cumbre sobre cambio climático de Doha, en Catar. El mundo post-Doha, en la línea de las fracasadas cumbres anteriores en Copenhague, Cancún y Durban, es el mundo donde priman los egoísmos cortoplacistas de los grandes contaminadores, empezando por Estados Unidos, Rusia y Japón. Es un mundo donde el protocolo de Kioto, que representa apenas el 15% de las emisiones mundiales, es el lavado de cara verde de unas políticas insostenibles e irresponsables de las grandes potencias (mal)desarrollladas y emergentes. Es un mundo que encamina la humanidad, empezando por las personas y colectivos más empobrecidos y vulnerables, hacia el peor escenario climático posible planteado, es decir un aumento de 4ºC a final del siglo. Es el mundo donde triunfa la arrogancia y el cinismo, encabezada con orgullo no disimulado por España. Un país que, a la vez que afirma que “el cambio climático ni lo negamos, ni lo afirmamos”, se jacta de haber jugado un papel esencial en las negociaciones del acuerdo de Doha hacia una lucha contra el cambio climático “más fuerte y ambiciosa”. Un país que, mientras recorta sus ayudas a las energías renovables, le compra cien millones de toneladas de derecho de emisión de CO2 a Polonia para no tener que cambiar en absoluto su modo de vida.
“No somos anticumbre, la cumbre es antinosotr@s”. Ante el peor de los mundos posibles, no me resigno: soy un indignado climático. Esta cumbre de Doha en general y la delegación española en particular no me representa. Ni representa a multitud de personas y colectivos que han hecho de la justicia ambiental su bandera de lucha y acción diaria. Hoy el clima, y la vida de millones de personas, son mercancías en manos de políticos y banqueros, de empresas multinacionales que presionan para que sus intereses millonarios no se vean afectados. Así que no nos resignemos ante esta oligarquía que nos lleva directo hacia el colapso o el ecofascismo, donde unos pocos se reparten los pedazos de naturaleza que quedan. Parafraseando a Stéphane Hessel, luchemos contra la indiferencia climática —y ecológica en general— y convoquemos una insurrección pacífica también a favor de la vida y de lo común. Está en juego la supervivencia civilizada de la humanidad, la de nuestras hijas e hijos, la mía, la tuya.
“No nos mires, ¡únete!” Si tú también eres un indignado/a climático/a, pasa a la acción. No esperes a que los que no nos representan actúen por ti. Difunde este manifiesto, hazte portavoz de los sin voz, defiende tu futuro y el de tu familia. En tu casa, tu barrio, tu trabajo, en la plaza pública, pon la justicia climática y ambiental en el centro de las preocupaciones tuyas y de tu entorno. Súmate a redes y colectivos que cerca de ti propugnan otros mundos posibles y ya construyen desde abajo alternativas ecológicas y sociales. Tienes mucho poder, no lo desperdicies, y sobre todo compártelo e hibrídalo: el todo es más que la suma de sus partes. Así que da el paso y grita a los cuatro vientos: ¡yo también soy un indignado climático!
Crédito imagen: Banksy.
Reproducido del blog de mi amigo y compañero Florent Marcellesi