España no reducirá sus emisiones para 2030

«El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio estima que las energías renovables pueden alcanzar los 83.330 megavatios (MW) de potencia instalada, frente a los 32.512 MW actuales en dos décadas. De conseguirse, esa cifra supondría la posibilidad de cubrir el 41% de la demanda eléctrica en 2030.
En la inauguración de las jornadas sobre la perspectiva actual y evolución de las energías renovables en España organizadas por la Comisión Nacional de la Energía (CNE), el secretario general de Energía, Ignasi Nieto presentó estos datos en el marco de un estudio de prospectiva que está elaborando Industria. Como tal prospectiva, Nieto se curó en salud y puntualizó que «no se trata de una propuesta ni de una planificación».
El escenario para 2030, con diferentes hipótesis, barajará un importante incremento en las energías renovables, mientras que las centrales nucleares mantendrían la potencia instalada actual (7.716 MW) y el carbón disminuiría su peso (de 11.934 MW actuales a 8.000 MW). La energía eólica, por su parte, pasaría de los 13.000 MW actuales a 40.000 MW; la solar fotovoltaica, de 400 MW a 6.500 MW; la cogeneración, de 5.983 MW a 9.500 MW y la biomasa, de 372 MW a 3.700 MW. La energía hidráulica, por último, pasaría de 16.600 MW a 19.600 MW y el gas, de 18.598 MW a 41.650 MW. En ese escenario, explicó Nieto, la producción con fuentes renovables supondría el 41% del total.»
La hipótesis del ministerio de industria, tal y como recoge la prensa, adolece de imprecisiones que impiden un mejor análisis, ya que solo habla de potencia instalada y no de producción, pero con los disponibles, ya se puede afirmar:
No existe plan alguno de reducir la demanda, se incrementa el consumo de energía eléctrica, y las renovables son para aumentar la oferta.
Piensan mantener funcionando las actuales centrales nucleares durante un período que supera los 50 años, para alguna de ellas. Esto implica agravar el riesgo de accidentes y la elevación de la producción de residuos radiactivos.
Pronostica un incremento de la potencia hidráulica, cuando casi no existe posibilidad alguna de instalar nuevas centrales hidroeléctricas y las proyecciones de calentamiento global, tampoco dan esperanza alguna de que el cauce de los ríos vaya a aumentar, antes lo contrario.
La disminución de las emisiones conseguidas con la reducción del uso de carbón será mucho menor que la elevación de la emisiones producidas por las centrales de gas y la de cogeneración.
Con estas proyecciones, aparentemente «verdes», no solo no se logra las reducciones propuestas por la ministra Narbona, sino que al contrario, las emisiones aumentarán, en el sector eléctrico.
Esperemos que, en la próxima legislatura, se cambie radicalmente esta orientación.
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